OrientalEl súbito florecer de una rosa, de Chi LiLa silueta que se acercaba era la de Suhuai. Emergía poco a poco de la noche oscura. En esa penumbra, ella aparecía como
ContemporáneosEl alcohol, de Marguerite DurasHe vivido sola con el alcohol durante veranos enteros, en Neauphle. La gente venía los fines de semana. Durante la semana estaba sola
ClásicosUn sueño extraño, de Mark TwainHace un par de noches tuve un sueño de lo más singular. Me parecía estar sentado en un portal (de alguna ciudad indeterminada,
InfantilEl gigante egoísta, de Oscar WildeCada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín amplio y
OrientalUna experiencia, de Banana YoshimotoEn mi jardín, de madrugada, los árboles parecen brillar. Bañados por la luz de la calle, se dibujan con nitidez el reluciente color
ContemporáneosA contratiempo, de Antonio TabucchiOcurrió así: El hombre había embarcado en un aeropuerto italiano, porque todo empezaba en Italia, y que fuera Milán o Roma era secundario,
ClásicosLa reina de las abejas, de Émile Erckmann y Alexandre Chatrian—Yendo de Môtiers-Travers a Boudry, en dirección a Neufchâtel —dijo el joven profesor de botánica—, recorréis un camino encajado entre dos murallas de
FantasíaPolaris, de H. P. LovecraftEl resplandor de la Estrella Polar penetra por la ventana norte de mi cámara. Allí brilla durante todas las horas espantosas de negrura.