El nombre secreto de Ra, relato egipcio anónimo

El dios-Sol Ra tiene muchos nombres, pero sólo uno es secreto: el que le da gran parte de su poder.

Isis se preguntaba cómo podría obligar al dios del Sol a revelar su nombre más secreto. Decidió esperar a que se le presentara una buena ocasión, y se puso a vigilarlo atentamente.

Cuando Ra se quedó dormido, Isis aprovechó para recoger la saliva del dios y la mezcló con un poco de tierra, con la que dio forma a una peligrosa serpiente con la intención de que mordiese al dios.

Isis colocó al animal en el camino por el que Ra iba a pasar, de modo que la serpiente lo atacó. Ra lanzó un terrible grito de dolor y el veneno de la serpiente empezó a invadir su ser, sin poder combatirlo y sin saber de dónde provenía. Los demás dioses, apenados, observaban cómo sufría.

Entonces la diosa hechicera, Isis, se acercó y le dijo: “Dime tu nombre secreto y te curaré”.

Ra comenzó a decir varios de sus nombres: “Creador del cielo y de la Tierra, Arquitecto de las montañas, Controlador de las crecidas…”

Pero no llegaba nunca a decir su nombre secreto.

Era tan fuerte su dolor por la mordedura, que terminó accediendo con una condición: que Isis y su hijo Horus no lo revelasen a nadie.

Isis curó a Ra mediante una fórmula mágica, aplicándole un ungüento hecho con hierbas.

Y así es como la diosa Isis consiguió ser tan poderosa como el dios-Sol Ra.