Muerte y lo que viene después, de Terry Pratchett

Cuando Muerte se encontró con el filósofo, éste le comentó con gran entusiasmo:

—¿Te das cuenta de que en este momento estoy vivo y muerto al mismo tiempo?

Muerte suspiró. Vaya, uno de ésos, pensó. Otra vez con el cuento. Odiaba tener que tratar con filósofos: siempre intentaban escabullirse.

—Verás –dijo el filósofo, mientras Muerte, inmóvil, observaba deslizarse los granos del reloj de arena—, todo está hecho de partículas minúsculas, que poseen la extraña propiedad de estar en muchos lugares al mismo tiempo. Pero las cosas hechas de partículas minúsculas tienden a quedarse en un solo sitio en un mismo momento, algo que parece chocar con la teoría cuántica. ¿Puedo continuar?

SÍ, PERO NO INDEFINIDAMENTE –dijo Muerte, sin apartar la vista de la arena—, NADA ES INMANENTE.

—Bien, si estamos de acuerdo en que hay un número infinito de universos, ¡entonces hemos resuelto el problema! Si hay un número infinito de universos, ¡esta cama puede estar en millones de ellos y todo al mismo tiempo!

¿SE MUEVE?

—¿Qué?

Muerte señaló la cama. ¿NOTAS QUE SE MUEVA?

—No, pero porque también hay millones de versiones de mí mismo… y ahora llega lo bueno… ¡en algunos de esos universos no estoy a punto de morir! ¡Todo es posible!

Muerte tamborileó con los dedos en la guadaña mientras consideraba las palabras del filósofo.

¿Y LO QUE ME QUIERES DECIR ES…?

—Que no estoy muriendo exactamente, ¿no? Ya no eres algo tan seguro.

Muerte suspiró. Ahí estaba el problema. Estas cosas nunca pasaban en un mundo con el cielo tapado por eternas nubes. Pero una vez que los humanos contemplaban todo ese espacio, el cerebro se les ampliaba para intentar rellenarlo.

—No contestas, ¿eh? —dijo el filósofo moribundo—. Nos sentimos algo anticuados, ¿a que sí?

ES TODO UN ACERTIJO, SÍ —dijo Muerte. Antes rezaban, pensó. Eso sí, nunca había estado seguro de que el rezo funcionara. Pensó un poco—. ASÍ LO RESOLVERÉ —añadió. ¿AMAS A TU ESPOSA?

—¿Qué?

LA SEÑORA QUE TE HA ESTADO CUIDANDO. ¿LA AMAS?

—Sí, claro.

¿SE TE OCURRE ALGUNA CIRCUNSTANCIA EN LA QUE, SIN QUE CAMBIE TU VIDA DE NINGUNA MANERA HASTA ESTE MOMENTO, COGERÍAS UN CUCHILLO Y LA APUÑALARÍAS? —dijo Muerte—. ¿POR EJEMPLO?

—¡Claro que no!

PERO TU TEORÍA AFIRMA QUE DEBERÍAS. ES BIEN POSIBLE, DENTRO DE LAS LEYES FÍSICAS DEL UNIVERSO, ASÍ QUE TIENE QUE PASAR, TIENE QUE PASAR MUCHAS VECES. CADA INSTANTE SON MILES DE MILLONES DE INSTANTES Y EN ESTOS INSTANTES TODO LO POSIBLE ES INEVITABLE. TODO EL TIEMPO, ANTES O DESPUÉS, SE REDUCE A UN INSTANTE.

—Sin embargo, es obvio que podemos elegir entre…

¿EXISTE LA ELECCIÓN? TODO LO QUE PUEDE PASAR, TIENE QUE PASAR. TU TEORÍA AFIRMA QUE POR CADA UNIVERSO CREADO PARA DEJAR ESPACIO A TU «NO», TIENE QUE HABER UNO CREADO PARA DEJAR ESPACIO A TU «SÍ». Y SIN EMBARGO, HAS AFIRMADO QUE JAMÁS COMETERÍAS UN ASESINATO. EL MISMO TEJIDO DEL COSMOS SE ESTREMECE ANTE TU TERRIBLE SEGURIDAD. TU MORAL SE CONVIERTE EN UNA FUERZA TAN GRANDE COMO LA GRAVEDAD. —La verdad, pensó Muerte, el espacio tiene mucho que explicar.

—¿Eso último era un sarcasmo?

LO CIERTO ES QUE NO, ESTOY IMPRESIONADO E INTRIGADO. LA IDEA QUE ME PRESENTAS PRUEBA LA EXISTENCIA DE DOS LUGARES QUE UNA VEZ FUERON MÍTICOS. EN ALGÚN LUGAR, HAY UN MUNDO EN EL QUE TODOS TOMARON LA DECISIÓN CORRECTA, LA ELECCIÓN MORAL, LA DECISIÓN QUE MAXIMIZÓ LA FELICIDAD DE SUS IGUALES. ES EVIDENTE QUE TODO ESTO IMPLICA QUE OTRO SITIO REPRESENTA LOS HUMEANTES RESTOS DE UN LUGAR EN EL QUE NO LO HICIERON.

—¡Venga ya, yo sé a dónde quieres llegar! ¡Nunca he creído en esas tonterías del Cielo y el Infierno!

Cada vez había menos luz en la habitación. El brillo azul del filo de la guadaña del segador se hacía más y más evidente.

SORPRENDENTE. SORPRENDENTE DE VERDAD. PERMÍTEME PRESENTARTE OTRA IDEA: NO ERES MÁS QUE UNA ESPECIE DE SIMIO CON SUERTE QUE INTENTA ENTENDER LA COMPLEJIDAD DE LA CREACIÓN MEDIANTE UN LENGUAJE QUE EVOLUCIONÓ PARA DECIRLE AL OTRO DÓNDE ESTABA LA FRUTA MADURA.

A duras penas podía respirar, pero el filósofo consiguió decir:

—No seas estúpido.

NO ERA MI INTENCIÓN HACER UN COMENTARIO DESPECTIVO. SI TENEMOS EN CUENTA LAS CIRCUNSTANCIAS, HAN LLEGADO MUY LEJOS.

—¡Hemos conseguido superar supersticiones pasadas de moda!

BIEN HECHO. ASÍ ME GUSTA. SÓLO QUERÍA COMPROBARLO.

Se inclinó hacia delante.

¿CONOCES LA TEORÍA QUE AFIRMA QUE EL ESTADO DE CIERTAS PARTÍCULAS MINÚSCULAS PERMANECE INDETERMINADO HASTA QUE SON OBSERVADAS? A MENUDO SE MENCIONA UN GATO ENCERRADO EN UNA CAJA.

—Ah, claro —dijo el filósofo.

BIEN —dijo Muerte, poniéndose de pie y sonriendo mientras se extinguía la poca luz que todavía brillaba.

YO TE VEO…